Mi Nombre
Púrpura sobre marrón, amarillo sobre azul.
Mi nombre, apaga la luz.
La mirada esta viva, la boca entreabierta.
Me das la mano, y lo negro se vuelve blanco.
El silencio histérico sonríe amable y el alma se convierte en cuerpo.
Si me das la espalda, a veces tiemblo, pero otras muchas, gano.
Ese cosquilleo…creo que es mi nombre.
Suavemente derramas turquesas brillantes por el sol sabroso.
Agua bien fría.
Ojos llorosos.
Uñas que rascan.
Caderas pesadas que bailan al mundo.
Palabras absurdas e instantes que aburren.
Si me llamas, soy yo.
Te acompaño si vienes sola.
¿Te parece bonito el rojo sobre el granate o mejor el malva sobre celeste?
Los días son bendiciones y mi nombre, lo respiro una y otra vez.
Acaríciame.
Lo bueno se vuelve malo, lo malo se vuelve rosa.
La piel se tuesta y huele a pueblo.
Paseo contigo y todo me sabe a tierra.
La piel pellizcada empieza a ceder.
Mojada sabes mejor.
Y las flores siguen allí, donde las dejaste.
Lila, naranja, ocre, verde, pero verde agua marina o mejor esmeralda…cualquiera.
Mi boca pronuncia mi nombre, pero mi nombre no nace de mi boca.
Mi nombre, nace en los estambres.
Estambres deseando de quebrarse, estambres repletos de polen.
Granos dorados crujientes y dulces, que viajan a través del aire.
Aire que llena mis pulmones.
Y por fin respiro.
Mi nombre, morado sobre negro.
Cielos cubiertos de vidrios rojos
que estallan sobre campos de barro.
Escribe mi nombre sobre piedra blanca.
Ríos salvajes que corren con sus pies descalzos.
Escribe mi nombre sobre piedra blanca.
Huellas que van a parar a tus pechos.
Pechos de madre.
Escribe mi nombre sobre piedra blanca.